Tienes frío, el viento toca tu piel y la eriza, sientes la velocidad, tu corazón late fuerte;;un segundo después todo cesa: no hay ruido ni aire; tiemblas un poco y no es por la temperatura, sabes que es tu turno: tu momento ha llegado. Lo deseas pero estás un poco nervioso, te asusta el simple hecho de saber que es posible que no lo logres.
Respiras profundo, no te vas a echar para atrás, te costó bastante decidirlo: siempre has sido apretado cuando de mojarse se trata y hoy estás a más de 3/4 del camino. Cierras los ojos y vuelves a tomar aire, no lo piensas más simplementes te dejas ir y te sumerges en tu aventura.
Después de unos minutos -o quizás segundos- dejas de tener frío, te empiezas a aclimatar y a sentir el ambiente húmedo y tibio: es agradable y los nervios desaparecen poco a poco. Te preparas, te pones el equipo, tomas la posición correcta, das la señal y tiras fuerte. Poco a poco sientes la fuerza y ves como te vas parando, casi lo logras y derrepente caes; no te decepcionas, ibas bien, casi lo logras.
Esta vez te aseguras de estar en una posición cómoda antes de empezar, te concentras en tu objetivo -pararte- y vuelves a dar la señal. Te sostienes con fuerza, vas subiendo, empiezas a dejar la posición curva para enderezarte; algo pasa, demasiada velocidad que no suspiste controlar ni sostener y estás abajo de nuevo: no importa, tomarás aire y lo intentarás de nuevo.
Vuelves a empezar: posición cómoda, manos y brazos fuertes y ahí va: poco a poco te levantas, resbalas un poco pero controlas y en unos segundos ¡WOW! ¡lo lograste, estás parado! Ahora tienes que mantenerte, concentrarte y controlar los movimientos de cada parte de tu cuerpo; lo logras, sientes la adrenalina fluir junto con la velocidad.
Lo vez, no era tan difícil salir del agua: valieron la pena esos calambres que fueron causados por el peso de los esquís, esas caídas duras y las maromas sobre el agua, así como toda el líquido que tragaste; estás deslizándote por las olas sin problemas. Tus 15 segundos de gloria te transportaron hasta otro mundo, eres invencible; es hora de tomar un descanso y recuperar tu aliento, si puedes esquiar con un solo esquí, ¿por qué no habrías de poder con dos si se supone que es más fácil? Ya lo intentarás más tarde.
Respiras profundo, no te vas a echar para atrás, te costó bastante decidirlo: siempre has sido apretado cuando de mojarse se trata y hoy estás a más de 3/4 del camino. Cierras los ojos y vuelves a tomar aire, no lo piensas más simplementes te dejas ir y te sumerges en tu aventura.
Después de unos minutos -o quizás segundos- dejas de tener frío, te empiezas a aclimatar y a sentir el ambiente húmedo y tibio: es agradable y los nervios desaparecen poco a poco. Te preparas, te pones el equipo, tomas la posición correcta, das la señal y tiras fuerte. Poco a poco sientes la fuerza y ves como te vas parando, casi lo logras y derrepente caes; no te decepcionas, ibas bien, casi lo logras.
Esta vez te aseguras de estar en una posición cómoda antes de empezar, te concentras en tu objetivo -pararte- y vuelves a dar la señal. Te sostienes con fuerza, vas subiendo, empiezas a dejar la posición curva para enderezarte; algo pasa, demasiada velocidad que no suspiste controlar ni sostener y estás abajo de nuevo: no importa, tomarás aire y lo intentarás de nuevo.
Vuelves a empezar: posición cómoda, manos y brazos fuertes y ahí va: poco a poco te levantas, resbalas un poco pero controlas y en unos segundos ¡WOW! ¡lo lograste, estás parado! Ahora tienes que mantenerte, concentrarte y controlar los movimientos de cada parte de tu cuerpo; lo logras, sientes la adrenalina fluir junto con la velocidad.
Lo vez, no era tan difícil salir del agua: valieron la pena esos calambres que fueron causados por el peso de los esquís, esas caídas duras y las maromas sobre el agua, así como toda el líquido que tragaste; estás deslizándote por las olas sin problemas. Tus 15 segundos de gloria te transportaron hasta otro mundo, eres invencible; es hora de tomar un descanso y recuperar tu aliento, si puedes esquiar con un solo esquí, ¿por qué no habrías de poder con dos si se supone que es más fácil? Ya lo intentarás más tarde.
2 comentarios:
Escribiendoooo en la madrugada!!! Cómo le haces para seguir viviendo? Ya sé! A qué horas te levantas? eh? jejej.
Yo quiero esquiar!
Te acuerdas de lo que significa tu nombre? Es eso, intentar hasta lograrlo, la actitud de la Mujer Maravilla, la Princesa Amazona. Te comparto una frase: El mayor riesgo de la vida es no arriesgarse. Que bueno que te atreviste. Considero que el hombre se alimenta de logros, por eso espero que esos momentos sean el alimento de tu espiritu.
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