Qué pena -y es ajena.

Este escrito que les comparto es de una de mis mejores amigas de Guadalajara; me lo envió por mail para ver si lo podía subir y creo que me tardé como una semana pero en fin, aquí está: tarde pero seguro. Nena ya sabes cuando quieras subo tus escritos.

“Cuando en un gobierno, al hablarse de cosa pública, cada uno dice “¿Qué me importa?”, la cosa pública está perdida”. El día de ayer, en el Pleno del Ayuntamiento, tuvo lugar uno de los escenarios más patéticos de la Administración; los regidores de todos los partidos políticos compitiendo por “dar más dinero” a los habitantes de la Colonia Prados de Santa Lucía despojados de sus hogares; jugando con las personas, ofreciendo cheques y ondeando $2000 pesos que pretendían “regalarles” de su bolsa. Zapopan está perdido. Está perdido, porque tiene, tenemos, representantes populares que no son capaces de resolver los problemas del municipio, pero que sí pueden armar un circo enfrente de ciudadanos que exigen que cumplan con su responsabilidad; porque quienes nos gobiernan carecen de la más mínima sensibilidad social; pero sí tienen el valor de burlarse de los asuntos de los zapopanos; porque quienes deberían escuchar las demandas ciudadanas, no tienen la capacidad de entender que no se les estaba exigiendo un cheque, mucho menos un fajo billetes; sino que exigían una respuesta, una solución a sus problemas. No la obtuvieron. En más de 10 horas de sesión lo único que quedó fue una profunda vergüenza y la certeza de que sí, estamos perdidos; de que lo seguiremos estando mientras no entendamos, sociedad y gobierno, que el poder por el poder nos lleva a ningún lado; mientras no tengamos claro que si la política no nos sirve para llegar a acuerdos que beneficien a la sociedad, entonces, la política no nos sirve para nada. ¿Hasta cuando soportaremos un -¿Qué me importa?- como respuesta? Esto no es un asunto de política, es un asunto de responsabilidad de la autoridad.