jueves, diciembre 31, 2009

Te vas 2009

Hace justo un año escribí un post para sacudirme el 2008 y abrirle la puerta a un año nuevo. Mis expectativas eran nulas, había tenido un cierre de año difícil y lo menos que quería era planear y toparme con pared de nuevo. Mi deseo más profundo era pasar el cierre del año sin tener que lamentar nada, en un lugar lejano, rodeada de gente con la que usualmente no convivo en este día. Al final terminaré un año más en casa, compartiré los últimos minutos con mi familia y veré a los amigos de siempre.

De lo que pensé ese día a como terminó hoy, hay un abismo enorme. El 2009 fue un año mucho mejor de lo que me pude haber imaginado. Terminé la mejor etapa de mi vida que hasta ahora he vivido, la cerré de la mejor manera posible: un viaje, un beso, muchos abrazos, millones de conversaciones y un gran cambio. Quizá no estoy como esperaba estar pero sin duda estoy mejor. Al final mi viaje fue más grande de lo que esperaba, a un lugar más lejos y menos imaginado.

Hace también un año escribí aquí que regresar no era lo mío. Que no debía cometer ese error. Hoy que estoy de vuelta creo que no debo descartar una opción sin probarla. No puedo juzgar como buena o mala una decisión de la cual no he experimentado sus consecuencias. Y aquí estoy, dispuesta a jugármela, llena de dudas. Y así es, extraño lo que dejé, no sé si lo soportaré, pero de lo que estoy segura es que pondré todo mi esfuerzo.

Adiós 2009, gracias por devolverme al ruedo. Bienvenido 2010, no sé que esperar de ti, pero adelante, entra, aquí estoy.


martes, diciembre 29, 2009

El desierto


No es la arena, ni la vista. No es el clima, ni el olor. No son los paisajes que penetran los ojos de los que observamos. Tampoco es la sensación de ser libre, ni la calma que se respira. No es la nada que envuelve todo. No es la noche llena de estrellas, ni los cielos azules por la mañana. No son los atardeceres rojo con morado, ni el sol incandensente que acompaña los medio días. No son los camellos que transitan libremente, nis los beduinos que caminan por las dunas. Es el silencio. El silencio que aturde, que permite escucharme. Es el silencio que grita. Es lo que más extraño.


jueves, diciembre 17, 2009

Catarsis

Pocas veces he sentido la necesidad tan fuerte de escribir -esa es mi catarsis, plasmar en papel lo que me acontece, muchas veces escribo, nunca antes me urgía tanto. Jamás me había graduado de universidad, había viajado a África, había pasado unos días increíbles en Madrid y mucho menos había tenido que hacerme a la idea de cambiar todo lo que tengo y lo que me hace feliz para jugármela por un proyecto, con un equipo increíble y de la mano de mi mejor amiga.

Regresar a casa de mis papás es de cierta forma ponerle un break a la vida que he forjado en estos cuatro años y medio. Es volver a empezar. Es bajar la velocidad, dejar la vida rápida y a prisas de Guadalajara para tomar las cosas con calma, trabajar mucho y vivir con menos estrés. Me hice adicta a la saturación en la universidad y no sé si me llegarán con los meses jaquecas intensas por falta de dos mil proyectos a la vez. Quizá en mi trabajo tendré tanto que hacer que nisiquiera extrañaré desvelarme por hacer proyectos. No lo sé.

Soy feliz, increíblemente feliz. Más de lo que me pude imaginar que pudiera ser. Tengo muchas épocas en mi vida en las que he sido más feliz que otras veces. Pocas veces me ha le pasado tan mal que he querido borrar los meses de mis recuerdos. Esta vez la felicidad es incomparable, se desborda de mí. No hay palabras que la puedan describir.


Una probadita

Esto es algo de lo que vi. ¡Woooooow! Después de la graduación escribiré algo.