sábado, septiembre 20, 2008

Asalto


Generalmente sé por qué me siento triste, por qué me enojo, o por qué me siento decepcionado. Mi cerebro encuentra razones para sentirme así, casi siempre hay una razón lógica:

• Alguien dice algo estúpido: Entonces siento lástima, desesperación, tal vez risa... depende del grado de la estupidez.

• Leo el periódico: Siento desesperanza, hartazgo, tristeza, tal vez risa...

• Alguien muestra algo de conciencia: Entonces me siento optimista, siento empatía (como si yo fuera muy conciente), entre otras cosas. Tal vez risa...

Todo sentimiento tiene (o debería tener) un origen (que identifiquemos enseguida). Pero, ¿qué pasa cuando a la razón no le llega el memorándum? Cuando estos condenados llegan sin avisar (o sin querer).


¿Llegan estas cosas (ira, hartazgo, celos, ansiedad, amor, etc.) de la nada? Yo creo que no; eventualmente todo tiene una explicación. A veces tardo en encontrarla, a veces ni la busco y el sentimiento se va por sí solo (hasta el “amor eterno” es temporal).

Es muy importante conocer la fuente para tener idea de por qué nos sentimos así y poder hacer algo al respecto (si es necesario). Pero, ¿qué pasa si, a pesar de conocer la fuente, no podemos evitar que llegue el sentimiento que no queremos? Generalmente uno se aleja del origen del sufrimiento, o se acerca al origen de la alegría (o bienestar, lo que sea). ¿Y si no se puede? ¿Y si la fuente no es externa o es desconocida?

Entonces me siento asaltado.

Mi cerebro me ha asaltado, seguirá dándome dosis aleatorias (creo) de estos sentimientos (que comienzo a detestar, que me confunden… ¿quién diablos nunca se confunde? Odio cuando eso pasa…
)

Ya me basta con la inseguridad en las calles, no la necesito en mi cabeza (¿quién puede vivir con la incertidumbre de que un día, en un asalto emocional, reacciones y salgas seriamente lastimado?).

jueves, septiembre 18, 2008

Una frase que encontré

Estaba -as usual- haciéndome wey en msn en vez de ponerme a trabajar, hacer tarea, leer o cualquier cosa más productiva y me encontré en el nick de una de mis amigas (Pily) una frase que se me hizo muy chida:

"In three words I can sum up everything I've learned about life: it goes on."

No sabía de quien era así que como estaba de osciosa la busqué en internet y resultó ser de un poeta norteamericano, Robert Lee Frost, originario de mi ciudad favorita hasta ahorita: San Francisco, California. No era cualquier poeta, ganó 4 veces el pullitzer y escribió aparte de poesía, guiones teatrales y algunos textos en prosa. Creo que lo empezaré a leer, todo por la frase.

lunes, septiembre 15, 2008

Así encontré el pueblo..

-Hay puente el 15- me dijo mi mamá por teléfono hace dos semanas -¿Quieres venir a pasar unos días en casa? -Nisiquiera pensé la respuesta, sin darme cuenta de mi boca salió un automático -sí, pero no tengo dinero, ¿tú pagas?- Ella rio en el telefóno y contestó -sí, yo pago.

No tenía planeado ir a Sonora hasta el mes de diciembre en las vacaciones navideñas pero esta oportunidad de pasar unos días en casa con mi familia, ver a mis abuelos y a algunos de mis amigos me llegó de sorpresa y me cayó de maravilla. Una hora después de la charla con mi mamá ya tenía el vuelo de ida comprado, le había comentado a mi mejor amiga y pensaba en qué me llevaría para ponerme esos días.

Unos días antes del esperado viaje las cosas se complicaron un poco: una tormenta tropical amenazaba con atacar al pueblo y parecía empeñarse en arruinar mis planes. Una noche antes se rompieron 2 drenes y se inundó gran parte de Huatabampo. Recibí una llamada muy de mañana de parte de mis papás -¡No te vengas!- fue todo lo que pude captar en medio de tanto ruido (tanto de mis pensamientos como de sus palabras).

Ya me había resignado, hice corajes porque no había podido cambiar el vuelo de fecha e iba a perder el dinero y mis tan esperadas "vacaciones". A final de cuentas por mi insistencia y terquedad mi papá terminó accediendo a que viniera a casa y después de una odisea para llegar al aeropuerto, fui la última en documentar y llegué corriendo a la sala de abordar. Tardé unos minutos en recuperar el aire pero valió la pena, en unos minutos ya estaba sentada en el avión mandándole un mensaje a mi mamá avisándole que estaba por salir.

Llegué a casa hasta el sábado por la tarde, efectivamente el desastre había sido grande. Se inundaron más colonias de las que normalmente se ven afectadas. Muchísima gente perdió todo lo que tenía, el agua no tuvo piedad con las clases sociales: tanto gente de escasos recursos como de clase media y media alta se vieron afectados al parejo. El agua llegó a rincones donde normalmente apenas se alcanzan a mojar. La población se encontraba en estado de pánico y con un enojo generalizado por la negligencia de las autoridades. Huatabampo estaba hecho un caos y el conflicto sobrepasaba la capacidad de la ayuda que estaba recibiendo.

Aún cuando mi esperado descanso se convirtió en un "semi-descanso" combinado con un poco de trabajo de voluntariado, este puente -quitando todo el sufrimiento de la gente que se vio afectado y el de las familias que perdieron a sus seres queridos- ha sido muy bueno para mí: estoy en casa, he pasado horas con mi mejor amiga, he trabajado para mi gente, he visitado a mis abuelos y he compartido muchos momentos.

Concuerdo con mucha gente que he saludado que me ha dicho -viniste un fin de semana muy feo- pero también creo que vine en el mejor momento: cuando soy útil, cuando puedo ser compañía de gente que quiero, cuando yo necesitaba impregnarme un poco de este cálido aire sonorense y este cariño de familia.

Para los sonorenses -y en general los mexicanos- que tienen oportunidad de enviar ayuda a Huatabampo, háganlo. Este desastre va para largo y se necesita toda la asistencia posible.



jueves, septiembre 11, 2008

11 de septiembre

Hoy, hace un par de años -bueno mejor dicho como 3 pares de años- murieron algunas miles de personas en un atentado terrorista al país más poderoso -en ese entonces, nos guste o no-, Estados Unidos. El día se volvió famoso -a la mala pero famoso al fin- y los reflectores se fijaron en él como una fecha que debería reconocerse.

Hoy también, hace 35 años ocurrió un hecho que -al menos para los latinoamericanos- debería ser mucho más trascendente que la tragedia vivida en Estados Unidos -no es que menosprecie el dolor vivido por los vecinos del norte, aclaro. Hace 35 años fue el asalto a La Moneda en Chile (sede presidencial chilena) en el que murió uno de los más grandes y dignos representantes de la izquierda latinoamericana: Salvador Allende.

Allende no era un lidersillo de izquierda revoltoso cualquiera sino todo lo contrario. Fue un presidente abiertamente socialista electo por medio de las urnas en comicios transparentes. Fue y ha sido uno de los pocos gobernantes latinoamericanos -si no es que el único- que le apostó a la participación ciudadana, y de paso a la Unión de Latinoamérica y a la autodeterminación de los pueblos.

Hace unos meses, el 26 de junio se cumplieron 100 años de su natalicio. A treinta y cinco años de su muerte me atrevo a decir que fue, y sigue siendo, un personaje digno de admirarse, un revolucionario incansable con metas muy claras. Un impulsor de una izquierda proactiva, que trabaja, que logra objetivos...

Y tenía tanta razón cuando dijo: "Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica"

jueves, septiembre 04, 2008

martes, septiembre 02, 2008

Frívolidad

Uno se pregunta qué tan frívolo puede llegar a ser y se asusta cuando al ver las noticias:

Una mujer que en su desesperación porque su novio no la dejara al descubrir que la bebé que vivía ahora con ellos no era de él la mete al microondas para deshacerse de ella.

Lo único que uno hace -en vez de sentirse mal y conmoverse por la historia- es reirse de la imagen que se formula en su mente y la de sus amigos: una bebé dando vueltas, mareándose, poniéndose cada vez más roja hasta explotar.


Ups, no pude evitar reírme lo siento.