Escribo sobre juicios, eso es claro. Sesgado por ellos aspiro – sin ser esto una contradicción – a que mi texto tenga universalidad (o lectores, por lo menos):
Sostengo que no podemos librarnos de ellos, son – de hecho – necesarios. No es contra ellos lo que escribo, sino a favor de su cuidadosa construcción.
Cuidadosa porque el peligro de no considerar la mayor parte de los factores nos lleva a lo que tenemos (o construimos) como mundo actual: Miseria (siendo breve).
Esa es la idea; que puede ser proyectada a cualquier ámbito: La guerra, la pobreza, la discriminación, la superficialidad, la saturación, la ignorancia, la cerrazón, la radicalización, la violencia, son en su mayoría, alimentadas por los juicios hechos sin cuidado.
Tampoco aspiro a la pasividad o inactividad que generaría la falta de juicios (aunque la pasividad es mejor que todo problema antes mencionado. En este punto, la pasividad significa – al igual que no ir a votar – regalar tu voluntad a la mayoría, dicha mayoría es la que forma los juicios que critico). Sólo aspiro a la constante aceptación de que no tenemos la verdad absoluta, o que ésta (si creemos tenerla) puede no serlo.
Vuelvo a citar a José Enrique Rodó, quien expresa mejor que yo esta idea:
“Todo problema propuesto al pensamiento humano por la Duda; toda sincera reconvención que sobre Dios o la Naturaleza se fulmine, del seno del desaliento y el dolor, tienen derecho a que les dejemos llegar a nuestra conciencia y a que los afrontemos. Nuestra fuerza de corazón ha de probarse aceptando el reto de la Esfinge, y no esquivando su interrogación formidable”.
2 comentarios:
Qué bueno está esto: me gusta mucho la forma y el estilo, la verdad.
Me encantó aquello de: "Miseria (siendo breve)" Jaja.
Yo juzgo mucho... ¿no se habían dado cuentaaaa?
Gracias Beto.
Me pasa que escribo algo y me gusta. Después lo leo y ya no me gusta =s
Espero que juzgues con amplia información.
Aprecio tu comentario.
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