Guardo un sinfín de imágenes tuyas: algunas me transportan a conversaciones, unas a momentos y otras a movimientos; hay pinturas que aparecen en abstracto, sin contexto ni recuerdos hilados, fotografías en blanco y negro, en sepia, borrosas o de contrastes agudos.
Guardo en mi memoria tus miradas: las de reproche, las de alegría, las de deseo y las de decepción. Con ellas se han quedado también los olores: a tu perfume, el de tus manos, el de tu boca y el de tu cuerpo. Sentir ese aroma me transporta, me lleva a ti y a la vez me lleva a la nada..